Desgraciadamente pudo crear sus propias normas al margen de lo socialmente establecido. Vino la ceguera emocional primero forzada y luego eterna, sin luz aparente al final. Funámbula y necia. Y perdida a raudales.
Dos neuronas quiero, una para respirar y otra para mantenerme en pie y andar y andar sin parar, hasta saltar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario